27.9.08

la diferencia

algún día tendré alas
y olvidaré mis palabras inmaduras,
los vástagos de mi silencio;
y me guiaré por el desorden
de las estatuas erigidas, y luego,
después de los días subterráneos,
resucitaré y la tierra
echará de menos mi fanfarria,
sus nutrientes clamarán mi nombre
y añadiré motivos a mi vida

1 comentario:

PROSÓDICA dijo...

Sin lugar a dudas.

Ya ha empezado usted a forjar ese su imperio, a grabar su nombre en acero.

Nunca hay que dejar de soñar y actuar.