27.9.08

patético-futuro


como un reflejo de la realidad, la infancia se desintegró en el prisma de los años venideros

spleen

agotado y sin minutos, llegas a la cita. debes esperar en una sala antes de que alguien saque la cabeza por la puerta y te indique que pases. tratas de calmar tu agitada respiración y coges una revista. finges leer, pero ves de soslayo y por encima de la revista. no estás solo. una mujer frente a ti. una pareja a tu derecha. un viejo a tu… ¿qué hace un viejo aquí? mientras cavilas en eso, la puerta se abre, aparece la cabeza; bueno, medio cuerpo. sus ojos te buscan, te encuentran, tú asientes y entras. cuéntame, te dice. por razones que no vale la pena detallar, sientes más confianza en algún desconocido que te encuentres en skype, que en ella. ves un reloj de pared que no encaja con el decorado de la habitación y, en vez de decir, bueno, me parece que ese reloj debería estar en otra parte o sucede que (aquí se te quiebra un poco la voz) anoche soñé que era un sincero y efusivo e-mail que viajaba pletórico por el ciberespacio entrando ―por una chimenea imaginaria― en millones de cuentas de usuario, pero en calidad de ¡spam!, dices: bueno, no me pasa nada, en realidad, sólo es que últimamente me aburro un poco, dado que… la mujer te observa mientras hablas y, omitiendo informarte que sufres de un “problema de interfases” (ella intuye tu sueño, aunque se lo ocultes), te dice: ¿conoces el facebook?

la diferencia

algún día tendré alas
y olvidaré mis palabras inmaduras,
los vástagos de mi silencio;
y me guiaré por el desorden
de las estatuas erigidas, y luego,
después de los días subterráneos,
resucitaré y la tierra
echará de menos mi fanfarria,
sus nutrientes clamarán mi nombre
y añadiré motivos a mi vida

musical

de tantas iglesias julio parece no estar disfrutando de un plácido domingo

20.9.08

jeringas

mari carmen prepara su viaje. quiere cruzar el atlántico y saber si es cierto eso de las tribus y las selvas vírgenes sudamericanas. escuchó a los de la mesa de al lado hablar del tema. anoche. hoy, firme en su decisión, ha pedido quince días en su trabajo. el hombre de la agencia de viajes (mari carmen no confía en las compras on-line) le indica que debe asistir a una delegación de Sanidad para vacunarse antes del viaje. mari carmen no quiere ser tonta, no es su estilo. esa tarde, luego de los múltiples pinchazos contra la fiebre amarilla, malaria, dengue, paludismo, tétanos y fiebre tifoidea, decide terminar sus gestiones preventivas con algo de Botox, por si las moscas

kierkegaard

espero que comprendas
que mi intención no es escribirte
sino sentarte frente al espejo
y donarte la sustancia de mis sombras

catatonia


ahora el viento se encarga de columpiar tendederos y el cielo ya no estan azul ni tan despejado

arte inflamable

¿y si en esta lengua del sarcasmo,
receptáculo de la embriaguez
que poco a poco me envejece,
se zambullesen tus medusas coloquiales?
el calor de tu carisma también sería el mío,
el verdadero sentido de una vida,
la inflamable vida de tu vida
en la absurda vida de mi vida...

13.9.08

el muro


háblame, aunque creas que no pueda responderte

remojo

echaremos las redes
y en la trizteza
encontraremos
un cardumen de palabras
y las diremos en alto
para que existan
en el eco de una noche larga

pero no lo hagas

juan lo ha vuelto a hacer. ha desobedecido. de nada han servido las advertencias, los reproches, los regaños. es como hablarle a un niño de cinco años que sabes que volverá a hacer la misma travesura. poco o nada sirven las palabras que le dices. seguro que te escucha, medita y se arrepiente. dos horas más tarde, la tentación le puede y lo hace, lo vuelve hacer. ¿será un tarado? dice que es inconsciente, que no se da cuenta del error hasta que ya lo ha hecho. he decido no volver a insistir en el tema, que haga lo que quiera, que siga perdiendo su tiempo. a juan parece que le da igual. en fin, quizás sí que sea un tarado. un conocido mío, intelectual él, dueño de una persuasión envidiable, habló con él, con juan. quedaron en un café y eso. juan le prometió (con compungidos arrumacos) que no iba a volver a caer en la trampa, que esta vez era definitiva, que luego de la última vez había empezado una terapia mental para fortalecerse. se despidieron a las 5, ayer. hoy lo ha vuelto a hacer. sí, juan, ¿quién más? no ha pasado ni un día. está leyendo epifanía doméstica de la nostalgia pura, como tú. ¿en qué idioma estaremos hablando?

3.9.08

decir azul*


cuando no puedo expresar lo que veo digo azul, cuando no puedo hallar la palabra exacta digo azul, azul, siempre azul


*según Olvido-Pan

a salvo

cerró con cuidado, bajó las escaleras (muchas), abrió la puerta del portal y se echó a andar dirección Metro Desconocido. en su mano viajaba un cigarrillo sin encender; lo llevaba como guardándolo del frío. el breve trayecto de su casa a la Estación no le impedía encenderlo pero sí fumárselo entero. nada de cosas a medias. tres trasbordos. algunos rostros conocidos debido a la rutina. una hora de camino hacia su… ¿Trabajo Ejemplar? invierno. seis de la mañana. en el vagón, un individuo de ligeros rasgos latinos, barba de días, abrigo gris oscuro y vaqueros azules percudidos por el uso desmedido, observaba con curiosidad disimulada la mano que colgaba justo en frente. pobre cigarrillo, pensó, lo veo allí, escondido en esa mano y me imagino que es un condenado a muerte que, al salir a la intemperie, será encendido de inmediato y morirá incinerado… ¿sabrá que esa mano es… su Capilla Ardiente?

al llegar a la Estación Final, la máquina se detuvo, las puertas se abrieron y hombre y cigarrillo salieron abriéndose paso entre viajeros apresurados. caminaron por el largo pasillo. andando, aprovechó para guardar en su mochila un libro y buscar… ¿un mechero? el cigarrillo, mientras tanto, había sido colocado en el ángulo que forma el pabellón de la oreja y la cabeza. al empujar la Puerta de Salida, una fuerte corriente de viento hizo que el cuerpo se echara un poco hacia atrás, girara su cabeza con cierta brusquedad y produjera la repentina e imperceptible caída del cigarrillo. a pocos pasos detrás de él, otro pasajero notaba el accidente y sonreía como… ¿aliviado? el cigarrillo sintió que una mano como bajada de las Alturas lo cogía con cuidado. afuera, justo al lado de la entrada a la Estación, una valla de dos metros y medio circulaba el jardín de un… ¿Museo? el cigarrillo voló por los aires y calló violentamente en el pasto. allí estarás a salvo, le dijo en voz baja. la cola de su abrigo gris oscuro se agitó por el viento mientras se alejaba de la valla y cruzaba la calle

la peste

cuando el rumor de la peste llegó a sus oídos, huyó calderón de la barca, juana inés de la cruz, bartolomé de las casas y garcilaso de la vega

planeo

el mar eres tú
movimiento infinito
de espuma y de sangre caliente...
yo sólo soy un pelícano
que vuela a ras de ti
pescando restos de tu alma