14.11.10

aproximación a la fatalidad disfrazada de condescendencia

sospecho que lo que compartiré a continuación no es ni será de la incumbencia de nadie, pero es que las cosas curiosas me llaman mucho la atención, y esto lo es, así que por qué no. respeto grandemente a mi psiquiatra y por eso mismo no diré su nombre, aunque tampoco creo que haga falta. se trata de una extracto de una serie de ejercicios planificados como inicio para la segunda etapa de mi rehabilitación. mis problemas se basan principalmente en el esfuerzo inmenso que debo realizar para entablar relaciones sociales con mis semejantes y, por ende, a mi soledad y reclusión auto-inflingida. el contacto humano siempre me ha producido daños severos a nivel emocional y he perdido la confianza en todos. lo que pretende mi psiquiatra es, dada mi renuencia a un posible cambio, forjarme un nuevo universo, quizás artificial, pero jamás nocivo. A partir de esta idea, que aún no sé si aceptar plenamente, los ejercicios. ella, mi psiquiatra, los llama «epifanías». mañana es lunes, 15 de noviembre. empezaré con ellos. tengo que. sin embargo, no sé si esté preparado. desearme suerte

[a] [L, M, X, J, V, DURANTE EL DÍA] por lo regular, en sitios transitados (estaciones de tren, calles principales, plazas) abundan jóvenes entusiastas que, tras una charla de no más de 5 minutos, tratarán de convencerte para que te hagas socio colaborador de ONGs o alguna institución humanitaria (MÉDICOS SIN FRONTERAS, UNICEF, GREENPEACE, WWF, etc.) suelen verte a los ojos cuando hablan, lo cual es agradable. independientemente de si quieres asociarte o no, no dudes en darles tu teléfono móvil y tu nombre. te llamarán, dalo por seguro. y lo mejor es que dirán tu nombre, lo cual también es agradable. cuando te llamen, finge tener problemas de cobertura, eso los obligará a que repitan tu nombre por lo menos 3 veces. que lo griten. cuelga. volverán a intentarlo. una o dos veces más. si no coges, dejarán un mensaje de voz que podrás escuchar las veces que quieras. si durante un día charlas 5 minutos con un representante de 5 organizaciones distintas, esta epifanía se repetirá 25 veces en una semana, lo cual es gratificante

[b] [S, D, A CUALQUIER HORA] ya te lo he propuesto antes. si vas a un Starbucks, por ejemplo, sabrás que los dependientes preguntan tu nombre y lo escriben en el vaso en el que prepararán tu bebida. cuando esté lista, dirán tu nombre en voz alta y te darán la bebida con tu nombre impreso. si llevas cascos y finges escuchar música, lo más probable es que griten tu nombre 2 ó 3 veces, o que alguien se acerque y te toque el hombro. si vas 2 veces al día durante 4 fines de semana en un mes esta epifanía se repetirá 32 veces. ¿acaso no hay alegría más grande que nuestro nombre? (nota: la política de McDonalds obliga a sus empleados y dependientes a sonreír a todas horas; no dirán tu nombre, pero una sonrisa vale mucho)

[c] [L, M, X, J, V, S, D, POR LAS NOCHES] puedes pasar amenas y peculiares horas en cursos on-line de idiomas. los más sofisticados incluyen opciones (previo pago) personalizadas en las que grabas tu nombre y, al inicio de cada lección el tutor (la grabación) te saludará, diciendo tu nombre, mencionándote, como lo haría un amigo. acto seguido, te hará una serie de preguntas rompe-hielo que harán sentir realmente bien: ¿cómo estás?, ¿de dónde eres?, ¿a qué te dedicas?, etc. para sentirte más a gusto escoge la opción «español», aunque sea tu lengua materna. recuerda, no se trata de aprender sino de no sentirse solo. si prefieres acentos exóticos, prueba con «hebreo» o «polaco»; aunque sean grabaciones, son realmente estimulantes, ya lo verás. si redecoras tu habitación semanalmente (bar, cafetería, sala de espera, etc.) y eliges nombres divertidos para tus tutores, el grado de satisfacción será notorio. si inviertes 2 horas 3 días a la semana, esta epifanía se repetirá 24 veces en un mes. no necesitarás salir de casa, lo cual te vendrá de perlas si no puedes con el calor del verano ni con el frío de invierno

2 comentarios:

Prado dijo...

Sos un genio.

Pablo Hernández M. dijo...

bueno, no se que comentar pero lo leí con interés... quizás prado tenga razón